A mano armada...
Bernardo se levanto como todos los días, a prisa por que seguramente llegaría tarde al trabajo. Tomo un baño, bebio un poco de cafe frío y salio corriendo. Camino a prisa algunas calles para llegar a la calle principal y poder tomar el camión. Espero algunos minutos, impaciente, hasta que a lo lejos el autobús hizo su aparición. Abordo, pago su pasaje, se sentó junto a la ventanilla, e inundo su mente con los pendientes que tendría que resolver durante el día.
El trayecto no era demasiado largo, sin embargo, le parecía que nunca llegaría. El autobús hacia paradas de rutina, y se iba llenando. Abordaron dos hombres, nadie se fijo en ellos, no eran mas que dos pasajeros mas. Hasta que de pronto se escucho:- "Orale cabrones, saquen el dinero, relojes y celulares, esto es un asalto", cada uno con un arma de fuego en la mano. Uno apuntaba al conductor ordenando que no se detuviera, mientras el otro recorría el camión, recogiendo las pertenencias de unos pasajeros mas que aterrados.
Bernardo entrego su reloj y su celular, intentaba sacar credenciales y tarjetas de su cartera, cuando fue su turno y el asaltante arrebato bruscamente la cartera. Apuntándole en la cabeza con el arma, reviso sus bolsillos y su mochila, asegurándose que no escondiera nada.
Los asaltantes bajaron, se fueron, ordenando al conductor no detenerse, hasta que se perdieron entre las calles.
Bernardo, bajo del camión donde siempre lo hacia, tenia que tomar un autobús mas para llegar a su trabajo, pero ya no poseía ni un solo peso. Tuvo que caminar hasta llegar al trabajo, llego tarde, pero no importaba, siempre llegaba tarde. Justifico su tardanza, tomo su escritorio, platico a algunas personas su experiencia.
Tenia miedo y estaba un poco paranoico, pero era normal. Retomo sus actividades diarias, para distraer la mente.
Alguien le pregunto.- ¿y que vas a hacer?
Sonrío, .- "tomare las cosas con calma, ni hablar, mañana sera otro día".
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Con guante blanco...
Rosa y María atendían una modesta fonda, era viernes por la mañana y todo estaba muy tranquilo, pocos comensales, pero por lo menos ya se habían persignado. Platicaban y reían, para entretenerse.
Llego un caballero y se sentó a una mesa. Inmediatamente María se acerco a tomarle su orden. Ordeno sus alimentos e inicio platica con María.
- Disculpe, quiero saber si puedo reservar el lugar para el día de mañana, voy a traer a comer a algunas personas, y es posible que ocupe todo el lugar durante algunas horas, ¿puedo reservarlo?
Iniciaron una platica amena, hasta ese momento María presto atención a aquel hombre. Vestía de manera elegante, con traje y corbata que parecían muy finos, en las manos brillaban anillos y esclavas de oro. Tenia cara de ser alguien importante. La curiosidad venció a María que pregunto:
- Si no es indiscreción ¿de que trabaja usted?
Pareciera que el hombre esperaba aquella pregunta, pues no se asombro. Comento que trabajaba en una multinacional como jefe de personal. Pero resalto que solo trabajaba ahí para no aburrirse, ya que era socio mayoritario de una empresa mediana, que su hijo era jefe de personal de otra multinacional y su esposa una afamada doctora en un gran hospital.
Todo aquello maravillo a María y a Rosa, quien a distancia había estado escuchando la platica. Inmediatamente cual si fuera el presidente, las mujeres le contaron algunos problemas que tenían, como falta de empleo, problemas de salud propios y de sus hijos, etc.
Como si fuera un ángel, el hombre les dio sus datos, se ofreció amablemente a ingresar a los esposos de las dos a alguna de las dos multinacionales, ganando sueldos exorbitantes, y con un generoso puesto, solo por ser los esposos de aquellas mujeres. También ofreció contacto con su esposa, para que las atendieran a ellas y sus familias en aquel hospital. Las mujeres agradecieron, y siguieron contando algunas penurias, mientras él se ofrecía a ayudarles en todas, hasta que llegaron al tema de la luz. Hacia algunos días la colonia no tenia luz.
El caballero aseguro conocer a una persona importante que podría resolver el problema, hizo algunas llamadas, mientras comía y platicaba con las mujeres. Pregunto cual era el problema: La costosa reparación de un transformador. Aseguro a las mujeres que resolvería el problema en unas cuantas horas, que solo le permitieran una módica cantidad de dinero, para ofrecer un refresco a sus conocidos y estos realizarían la reparación sin costo alguno.
Las mujeres le dieron el dinero que pedía. Abordo su auto, volvería en 15 minutos con las personas que solucionarían el problema. Dejo su nombre y teléfono en una servilleta y partió.
El día se fue haciendo viejo, llego el atardecer y con el atardecer llego la desconfianza. Llego la noche, y la conciencia, la conciencia de que habían sido engañadas.
Aquel hombre no volvío, ni volverá.
Las dos se dieron cuenta que se dejaron engañar como unas niñas....
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Historias de la vida real....
(Nota: Los nombres de los protagonistas han sido cambiados intencionalmente, no vaya ser que usted los conozca o que lean este blog.)
lo de los asaltos está re cabraun... no me ha tocado, pero la neta cuando tengo q andar en transporte si ando bien fruncido... ahhh que ha quedado de mi querido edo mex :(...
ResponderEliminarde la segunda, dicen que para que haya embaucadores debe haber quien se deje embaucar... por eso mejor siempre andar con algo de recelo...
muy buenas historas compadre...
saludos!!!
Buenas historias.
ResponderEliminarY sí, de los asaltos nadie se salva. Puede ser al rato o en unos años, pero nadie se salva. Pobre México, sniffsniff...
Saludos
A mi familia ya le tocó esto de los asaltos yy lo único que hacemos es andar con más cuidado.
ResponderEliminarMala señal cuando te acostumbras al miedo.
En el segundo relato, odio decirlo pero las señoras se lo merecían, las engañaron tan fácil, que pena.
Un saludo.
PD: Llevarse de a cuartos como dice en mi post es llevarse como cuates, como iguales. Ya te imaginarás a dio siendo cuate de la abuela je.
Chau.
Destroyer: Así es, no ha quedado nada de lo que era el edo de México, no me ha tocado directamente, pero me ha tocado ver cosas, que antes no sucedían por aquí.
ResponderEliminarAun hay personas en mi pueblo que son bastante ingenuas e inocentes y pruebas creo que no hacen falta. Aunque esos ladrones son los que me caen peor, por aprovechados, pero en fin...
Dvd: Pues yo me he salvado, y espero seguir así, por lo menos algunos años mas... no?
Malquerida: Mala señal. Ah que bien, entonces la aguela y diosito son cuatachos!!, ahora ya comprendí... gracias por la aclaración, la aguela tiene sus conectes, definitivamente...
Saluditos...
Me gustaron sus minirelatos.
ResponderEliminarRev. Alexander Strauffon: Que alegría que le hayan gustado Reverendo.
ResponderEliminarMinirelatos, extraídos de la realidad, de la cruda realidad que vivimos.
Saludos...
te comente y no lo veo....va de nuez....
ResponderEliminareso de los robos es el tema de todos los dias...
sabes una vez que fui a darme brillo a los zapatos el bolero me dijo quitese los zapatos es mas facil para mi y asi no le ensucio los calcetines ni el pantalon....se me hizo buena idea, me los quito, me siento en la banca, me pongo a leer el periodico y que crees?????
que el wey se arranca corre y corre con mis zapatos....
no sabia si llorar, reir, mentarle la madre, corretearlo o que.....por lo pronto me dio risa porque me vio la cara de Pendecuaro.....jajajajajaja
al cabo ni me gustaban los de charol....el problema es que para llegar a la casa cruzo espinas, piedras y rios....jajajajajaja
buen blog....te sigo
saludos
P´PITO: Si desgraciadamente los robos se han vuelto una cosa común. Bienvenido al blog, y gracias por comentar. Igualmente te sigo, muy divertido tu blog.
ResponderEliminarSaludos...